HellMindMcQ

La impotencia humana a enmascarado sus deficiencias en placebo espiritual, la imposibilidad de influir de manera asertiva, ya sea por lo complejo o tardío del efecto, la humanidad ha depositado su inversión más preciada en el ámbito de la tranquilidad emocional : su fe. Delegar responsabilidades en deidades en vez de, con la más pura racionalidad, planificar sus actos y prever con certeza las consecuencias de los mismos. Nace un dios cada vez que al declararse incapaz el cerebro desiste engorrosos cálculos y rigurosos métodos de raciocinio, nace en cada imaginario cada vez que los eventos superan el alcance de la autoestima humana, nace cada vez que la tristeza del estar vivo supera la resiliencia y se alcanza la anestesia sin razón de frustración aceptada, pues, la madurez del ser es proporcional a su facilidad de frustrarse al resignarse: se madura cuando se conforma con la miseria. La felicidad también es función de la aceptación y el constructor del auto engaño de saciedad, a pes

Una luz tenue que transfigura la forma de pasión que se desborda en placeres refleja en la caoba madera el agitar de los arraigados deseos corpóreos y llenos de afrodisíacos gemires. Luz que mis pupilas apremian tener tras párpados, luz que nutre el sentir de mi gotear entre mis dedos. Verles son casi idílico y supraterrenal, de gusto de descubrir el bello corpóreo erguirse ante el tibio gemir de su par sobre sí, extreme ciento la piel propia y ajena con sus labios y mi mirar, pupilas propias puestas en ella y las suyas en el guiar de mi disfrutar, parecía que me guiaba con su mirada acerca del dónde poner la mía, centrándola en la mágica ventana a su más puro sentir, ventana lustre de sus gotas de placer, pedestal desde donde mi anhelar me clama. No comprendo muy bien la dinámica del aire que corre libre entre sus cabellos, difícil describir cómo no se enredan con el frenesí ardiente del pasional de su besar entre sí, cuerpos rotando sin control de la moral acelerados por sus dedo

De cantarte cada noche no se cansa mi brazo... http://www.deezer.com/track/69305455

Agitando las llaves que saca de su bolso, me empuja tras abrir la puerta. No alcanzo a quitar mi mirada de su escote cuando me veo dentro de la desconocida hoguera de deseos ajenos y apenas reconociendo las formas de quien sorprendida cubre un poco su ser después de saludar a nosotros quienes enfrentamos la intimidad de su placer ahora cara a cara. "aquí en la puerta, este bastando empuñando su admiración por ti te toma como objeto y a través de la cerradura te observa con el descaro de la sombra y disfruta de la piel que encarna tu sentir... Pero supongo que eso ya lo sabías! ", como un estrepitoso regaño de madre ha dejado el eco en las paredes de la sala. Asombrado ahora estoy, no por la injuria que tan falsa no fue, pues, pocas veces había disfrutado tanto del sigilo evidente de mis disfrutar por la cerradura, sino por la inclinación plausible de su mirar cuando asintió con su hermoso rostro, ello confirma la intención alisado del acto mágico de placer que me brindó.

Por ello estas en mi mente en cada digitar, tus sueños quienes mis errores y tu éxitos me liberan de mis fracasos. Antes me preguntaba ¿como hacer para que entiendas mis razones?, ahora, solo me repito ¿como puedo entender las que te hacen feliz?

Los ojos son la ventana al alma, dicen, aunque no aplica literal para todos por igual. Me sentía yo en un sofocante círculo de  monotonía viciada de costumbre y moral, buscando alguna bocanada de aire fresco que me alce en vuelo del fango frío al que me acostumbra la ausencia de algún amor. Para entonces, cada amanecer corroía mi sonrisa con venales recuerdos, esa luna que acompañaba mis noches llenas de vacío no tenían más color que mis recuerdos ni más calor que mis sábanas pero eran mis únicas compañías. En medio del silencio de la noche aquellas piernas llenaron de ritmo mis oídos el danzar de sus tacones en la caoba de aquel pasillo. Corrí a verle por la ranura de la vieja puerta, con más huellas de inclemencia que mi mirar y que ahora me separaba del cadencioso abatir de tu falda en seda que ajustada a una cintura mecánicamente ilógica y un pendular escote que regulan la dirección de mis pupilas. Cruzando apenas el pasillo está su morada, aquella fortaleza en pastel q

Ya menguan las estrellas y el vino ya hace efecto en mi sistema nervioso, ya el pudor se ha escapado entre mis dedos como mis dos anteriores súplicas por tu piel,ya el alba se asoma en el horizonte y la silueta de las montañas donde moras se iluminan revelando mi estado, iluminando la piel que asoma al pasto el gotear de mi necesidad de ti... No poderte tener en mi sueño es agónico y mantiene en vela los demonios adictos del vibrar de tus caderas. Odio profundamente la sociedad que me condena a tu ausencia, a no tenerte húmeda entre mis dedos, no saberte mía ni llamarme tuyo, inquisidora la resta de nuestros años, cruel señalamiento del frío repudio de la inmoral sociedad, la cual no entiende que cuando estamos juntos tenemos el mismo tiempo y edad de ser felices, saciados en placer y claros en razonar ya que el tiempo en el que me considero vivo es aquel en el que te tengo en mis brazos, el tiempo que puedo contar no en segundos sino en suspiros, en gotas de tu placer escapando de mi

  Hoy como siempre mi último suspiro con tu nombre   Hoy es la mejor noche... Soñar con ese beso, que en principio clandestino y a futuro eterno, mis dedos sucumben a tu piel y la moral con agónico olvido.   Un motivo más para adorarte cada noche en mis suspiros, verte mirar al caminar a quien sediento de tu piel te sigue con sus ansias y pasiones.  Llegar a mis antros y convivir con los demonios de tus fotografías afanan el latir, me tocó cerrar la puerta... Parece que mi corazón huirá de mí.. Al hacerme pensar tanto en tu piel.. Se desbordan entre mis dedos mis fantasías con tu piel... Extraño verte... Aquel vientre en el cual el deposito de mi irracional sentir se vislumbra como deseo cúspide de mis mayores demonios.  Tu que tienes que me hace tan débil? No es sólo lo física aquella atracción, es una debilidad por tu mirar, tu expresar y suspirar... De adorar tu abdomen ya me duele mi brazo derecho....y mis labios solo ansían los tuyos, esos labios... Cuál dulce ambrosía.

Mis monedas de $50¿Quién no ha mirado con cierta discordia los vueltos al sentir aquellas menospreciadas monedas de $50?Pequeñas, delgadas, livianas, relegadas a una única dulce adquisición, que a muchos representa no menos que un almuerzo al cambiar el amargo de la jornada en su boca.Parece que la hermana mayor de mismo apellido, es la única que, apetecida el domingo de clásico, es quien virtuosa función cumple al establecer comunicación ante el airado e impotente espectador y su apático y a veces neutra parte rectificadora en el campo pues su cuerpo y masa en contraste con su valor representativo les hace idóneas a tal encargo (lanzándoselas al árbitro).Y es así, no valoradas por lo que son o representan, que mis monedas de $50 hacen procesión en el bastión vencido de mis bolsillos, mas aparentes en cantidad que de valor podría decirse pero tan únicas como las mellas de su acuñe en ella dejó.Menos tiempo del que llevan el mal y el bien en disputa por mis actuares, les he venido ateso

En el trasfondo de un ser útilmente inanimado subyacen aquellas pálidas sonrisas que un vago recuerdo tuyo custodia.  Y es bajo aquellas imponentes a contratiempo formas que emergen esas sombras que transgreden este escozor tuyo... Pálidas fauces de deseo y temor, maquinaciones carentes hoy de líbidas remembranzas en las que con el rojizo de tu atardecer cuento a gotas el anhelado placer que guardas entre montañas y piernas... Bajo este incesante esperar por ti donde reposo yacen mis plegarias. 

Desdichado el hombre quien de sus sueños no merece un afecto, darse por muerto aquel que confía su corazón al abrigo de la soledad perpetua, perdido quien encuentra su refugio en espinas carmesí y dulce desprecio púrpura y quien imite la sonrisa y satisfacción que para el justo floreció.  ¿por qué los cielos niegan una gota de agua a un desierto en llamas? ¿por qué rehuye el color del pálido mirar cuya humanidad antiquísima reina como el blanco de la tundra, como el frío de tu soledad, como el rostro que al espejo me mira?  Aventurada la búsqueda de tu aroma, temeraria la persecución de tu mirar y sin embargo altruista la ráfaga de vida que me deja tu recuerdo...  Encaminarse sin rumbo le queda a quien no sabe donde dirigirse.