En el buen nombre.




11:17 En el buen nombre.


El vulgo me odia porque no escondo pecados y a los demás si les toca hacerlo para conservar el buen nombre.
Aprendí que este es una farsa, un juego de actuación.

Ríome de cuánto ilustre lacayo bellaco, hipócrita y envidioso critica mis actos pero calla obedientemente aquellos que oculta su prole. Me jacto de lucir las inmoralidades que se me acusan en público y se me envidian tras las sombras del buen nombre.

Es más que común, una práctica cotidiana entre la alta alcurnia podrida de miseria y codicia, engañar por doquier con un comportamiento sin mácula mientras humilla y abusa, trasgrede y oprime a quienes por la necesidad sucumben a sus caprichos. Hoy se me viene a llamar de calificativos escandalosos y seculares ante los mismos actos que el burgo practica con el descaro del silencio hipócrita.

No escondo mis actos porque son el acto subversivo ante esta hipócrita sociedad, no los escondo para ver arder en envidia a quienes sí han de hacerlo por lo que acuñaron ellos mismos como el buen nombre.

Este buen nombre no obedece más que al recelo de la impotencia ante actos considerados le degradan pero le apetecen. El buen nombre es solo la falacia (el pajazo mental) de quienes no quieren que los demás disfruten de su existir, deseo y convicción.

El buen nombre es esa renuncia a la que acudí cansado de la hipocresía social, es el lastre que no me dejaba ser libre y es su búsqueda el último de mis deseos.

Quizás me mofe de los señalamientos que se me hacen de manera irreverente pero es tan cínico que se me mire sin antes ver cada juego de poder, trato ilícito, violación al código civil y penal, triángulo amoroso, infidelidad consensuada, maltrato sociológico y otros cientos de miles de porquerías que tú y tu familia esconden. Pero el degenerado seré yo, mientras no me arrastre ante su buen nombre, mientras no me humille ante sus intenciones, mientras siga haciendo en público lo que usted y los suyos tienen que esconder por su buen nombre!


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