Todo cuanto baja, ¡sube!

Aún no se ponen de acuerdo la razón y la pasión así como las teorías Newtonianas y Relativistas respecto a la función propia y las dinámicas de la gravedad en los cuerpos, algunos sugieren que no ha de ser atraído un cuerpo al centro de masas sino que empujado por aquellas ondas gravitatorias contra el origen de la perturbación gravitacional. Esto a bien puede aplicarse a mis instintos, tus pasiones y la plenitud de tus demonios.

Al verte, siempre la sensación "maripositas en el estómago " hacen de mí un manojo de nerviosas torpezas semánticas tratando de explicar la emoción que me da verte, disfrutar de tus sonrisa y fijar mis pupilas en tu anhelada piel, acercarme a ti hacen que se desorden las ansias de tus labios y la sensación de tus pasiones en los míos, el aroma de tu fuego mórbidamente libidinoso hace transformar la dinámica mecánica y cuántica del mundo físico a mi alrededor. 

Dicen que todo lo que sube debe bajar, discuto eso, aunque si estoy seguro que todo lo que de ti baja hace elevar cada esencia de mis fantasías, verte ceder victoria a la gravedad en su lucha por tomar de ti la pasión y doblegar tu ropa contra la superficie del suelo hace de mi latir un derroche de ritmo y de mi espiración una explosión pasional entre los límites que dejan libres mis dientes al morder mis labios. Ha de subir en mí todo cuanto refiera al poco altruista instinto de darte plena felicidad y saciedad a tu piel, todo cuanto cae de ti se constituye en el medio para erguir mis anhelos de habitar bajo tu piel, todo cuanto bajas, elevas la cantidad de suspiros que colecciono como el más invaluable tesoro que pueda un mortal coleccionar, siempre que en frente de mi, e intencionalmente tras tu espalda, pierdes, ya sea ropa o el pudor, sucesión uno del otro, me sube hasta el límite superior de mi saciedad! 

Tu eres la Prueba fehaciente de que ceder a los gráficos gravitacionales es uno de los más delicadas e ingrávidas sutiles formas de flotar en un mar etéreo de pasión.