La memoria y los sentimientos del alma.

No he de ser santo ni he ostentado tal crimen creativo, aunque algunas de mis mejores lecturas les mencionan.

Cuestionado por mis recuerdos que a bien torturan por tu lejanía y la ausencia en mi piel de tus labios he encontrado aquel trozo de pergamino que bien San Agustín supo teñir en su tinta. 
Antes de leerla espero que tu ser por fin entienda como estas presente en cada torpe intento de amar.. 

CAPÍTULO XIV

La memoria y los sentimientos del alma

21. También se hallan los sentimientos de mi alma en la memoria, no del modo como están en el alma cuando los padece, sino de otro muy distinto, como se tiene la virtud de la memoria respecto de sí.
Porque, no estando alegre, recuerdo haberme alegrado; y no estando triste, recuerdo mi tristeza pasada; y no temiendo nada, recuerdo haber temido alguna vez; y no codiciando nada, haber codiciado en otro tiempo.
Y al contrario, otras veces, estando alegre, me acuerdo de mi tristeza pasada, y estando triste, de la alegría que tuve.





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