El sendero en el césped: II.

Aquella tarde tu mirada me dio por fin la indicada señal, me guías te de tu mano hasta aquel prado decorado con verdes pinos y flores silvestres con aroma solo mejorado por el de tus ansias. seguí tus pasos con intenciones de alcanzarte y para que no fallara dejaste mi anhelada instrucción, tu ropa formando un sendero en el césped, queda con la intención de que te hallase esperando por mi.
Por fin te alcanzo y confieso que como en mis sueños el sabor de tu piel es majestuosa, de allí despierto con el placer firme y húmedo del recuerdo de haberte tenido. 
Despierto sin querer hacerlo, me acuso de que no solo en mis sueños adoro el placer de tus suspiros y de tu gemir.

Ahora te tengo, te sostengo entre mis brazos, en medio del bosque, sobre el césped y no comparo felicidad alguna con la de recorrerte, las estrellas que apenas se asoman me han escuchado tantas veces como la luna misma, no les preguntes cuánto les hablo de ti, te pueden sonrojar cuántos anhelos me han escuchado en súplicas, cuánto había esperado por ver caer la coraza de la corteza vieja de mis fracasos roídos por tus uñas sedientas de sentirme dentro de ti, cuánto atesoraré este recuerdo en mis pasiones como aquel que por fin trajo a mi vida la vida misma y la razón de mi latir, sin importar que sea oculta nuestra pasión y que el mundo no pueda atestiguar cuánta lujuria, deseo, amor, ternura y felicidad contienen nuestras pieles cuando saben que se anhelan y más cuando pueden encontrarse, así sea a hurtadillas. Para muchos es un problema que complica e intranquilizan los latidos, pero yo te veo como un problema, de hecho eres una creadora de malas intenciones y multiplicadora de intentos de mis demonios por vencer la moral y doblegar mi educación frente a tal dama, sutil e inocente fémina que nombre pulcro ostenta así como todas mis fantasías y pasiones posee. 
Busco reforestar el mundo, así entre sueños y el bosque, rodando en el césped te puedo tener, entonces haré de este mundo un verde de las maravillas en donde puedas vestirte de flores evadiendo la ropa que tan solo me sirve de guía para hallarte.

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