Noches, aquella excusa de ser.

Noches, aquella excusa de ser.

Digamos que hay noches en las que me trago esos suspiros que en busca de tu piel lanzo en desasosiego, sin rumbo ni razón aparente pero a tu piel, tus labios, aquellos que tras suspiros me muestran el verdadero sentido de mi latir. Digamos que esas noches la luna me escucha recriminaciones por aquellos anhelos que de mis labios no alcanzan tu oído quien ha recibido tan solo una pequeñísima fracción de lo que mi pecho resguarda cuando leo en mis pupilas el afán de mis fantasías tras el eco de tu recuerdo, el mismo que me habita segundo tras suspiro en mis soledades frías casi tanto como mis sábanas condenadas a su inmaculada inutilidad desde que ya no les visitas. Digamos que las paredes de mi cuarto extrañan aquellos suspiros que religiosamente liberabas expresando el ritmo de mis labios entre tu ser y cuerpo oprimido la cortada de respiración que tu deseo producía. Digamos que hay noches en la que las letras guardan nuestros secretos de encuentros clandestinos, de recogidos de mis pasiones… pero hoy no es una de esas noches.
Las noches se cubren de silencio en respeto de tu nombre y resguardo de tu fascinación, se decoran de estrellas tantas como el brillo de tu mirada me permite ver, se ocultan los cuerpos de los que el sol solo pueden mirarle tras el lente y la caricia del aire que juega con tu cabello enviado por las motivaciones de mis suspiros que yacen en lo profundo del eco de mi latir. Las noches alcanzan las pieles entre sombras y sórdidos pasos ocultos de los vecinos que codicia de envidia un amor irracional profundo y sincero procesado por aquellos amantes que se resisten a la razón. Son las noches el resguardo platónicos de quienes no son más que en si de ellos mismos, las noches son la excusa del ser para hacerse vivo, las noches son solo noches para el mundo mientras el universo arde en cosmos para los que el día les es prohibido. Las mismas son testigos junto a las estrellas de aquella fascinación por la forma de tu piel, por la manera en que te transformas en fantasías cuando el eco de mis susurros en mi latir configura mis pasiones para perderme en mis delirios y entre ellos toda tu, menos tu ropa!
La luna y tu piel hacen de la noche un delirio de placer y una utopía que no me canso de tener entre mis labios, sin importar que el anónimo viaje de un exhausto corazón que se aferra a tu cuerpo en busca de su rumbo como el que apenas respira busca el aire que le circunda, sin verlo pero sabe que está ahí, su anhelo entre la oscuridad, el susurro temerario que devela la húmeda pasión que no cesa de brotar entre las piernas que tanto han caminado a mi encuentro entre senderos y miradas, entre lugares nuevos, entre la felicidad de saberse correspondidas.
Hoy eres noche y aunque hubo noches solas y vacías, mal acompañadas hoy eres la noche, aquella en la que mis anhelos de tenerte están más cerca de ser realidades, en la que he de sentir desde lo profundo de tu ser el placer de estar vivo.

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