Vocablos Noctilucentes: Siluetas.


¡Con el brillo de tu piel bajo la luna! Así disfruto nuestras conversaciones tan complejas como las formas que las estrellas insinúan en el firmamento a cada dulce vocablo que tus carmesí labios usan para hacerme perder en la fascinación por la compañía de tu latir.


Disfrutar de la noche en tu compañía es un placer sólo comparable con el idílico momento en que recreas en mi la utopía de tu orgasmo, cada una de las noctilucentes nubes que enmarcan tu silueta en el reflejo del brillo de tu tus formas sobre el plácido contorno de la naturaleza que igual que yo se llena de fantasías cuandote admiran caminar sin mas que tus ansias y mi sudor sobre tu piel.


Cada una de tus letras balbuceadas con el afán de mi pasión hacen relucir una a una aquellas nubes que se transfiguran en el rojizo de tus labios que se entreven a cada paso pícaro que das buscando que te siga en medio del desnudo bosque, bajo sombras y oscuras criaturas que le usan para ser libres de la condena moral de quienes intentan reprimir el amor libre y la pasión sincera que se profesan.


Espero que el aire que recibe este suspiro entregue el beso que encomiendo lleve hasta aquel rincón bajo tu ropa, donde anhelan estar mis labios!


Mis dedos recorren lentamente tu anhelada piel y apenas alcanzarla hace que hiervan mis dedos, mis labios desviven en entrega a ti y el mágico sabor que ocultas entre tus piernas deleitan mis pasiones y se mezclan con el dulce aroma de tu cabello sobre mi vientre, tus palabras ahogadas en mis espesas pasiones modulan torpemente el placer y su eco que anhela acercar a tus labios aquellas palabras de placer que sólo son comprendidas por quienes afanan su movimientos en medio de la noche y las sombras.

Cada una de tus letras iluminan mi mirada puesta tras ojos cerrados en las blancas y brillantes nubes noctilucentes que decoran mis fantasías tras nuestro encuentro y decoran nuestro firmamento que otrora fueran nubes grises. Cada uno de tus suspiros traen luz a nuestra noche, irradian la noche de fugaces celos y firmes pasiones, húmedas nuestras pieles reflejan la luz de nuestro manto, aquellas nubes que animadas por nuestra danza apasionada iluminan el manso refugio de nuestro encuentro.


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