Cartas a las cosas: Fuego. (Idea tomada de Collateral Beauty, 2016)

Carta al fuego.
Arder es consecuencia de tu presencia, arden mis temores y se esfuman como los trazos de pudor y moral que aun me obligo a hipócritamente mostrar, arder en deseo es mi única opción tras alcanzarte.
Siempre Has sido sinónimo de luz, de brillo, de verdad, de epifanía. Tanta energía liberas consumiéndote como las propias flamas que piel a piel se desbordan cuando la tengo,cuando me tiene, cuando cobijas nuestros cuerpos con el dulce brillo caramelo de pasión goteante de labios y bocas.

A ti debo la marea de sombras que disfruto en la desnuda piel de mi fascinacion, de mi amor, por ti aguardo en el bosque para que tu luz compita con la luna por iluminar las traviesas formas que coinciden con mis suspiros furtivamente ocultos de la moral inquisidora, a ti acudo para vislumbrar el cuerpo que mortifica mis oscuros pensamientos, a ti acudo para decorar los árboles con las sombras de la silueta de mi fascinación tangible, humedad y apasionadamente lujuriosa que gotea entre mis labios, entre mis dedos.

Tu cálido revelo de pasión hace de tus curvilíneas flamas el acorde y sutil, dulce y plácido, apasionado y lujurioso, sediento y húmedo encuentro de las formas objeto de todas mis fantasías. Tú, Fuego, hace del suyo, combustión del mío propio, haces arder mis pasiones cuando revelas sus formas, haces brillar la pasión oculta y furtiva de mi amada.





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