17 meses: A cada paso, cada mes, reboza mi latir de Pasión y plenitud.

Más que números, uno y uno, tu y yo, 11, Noviembre, aquel 17, noche de estrellas y traviesas propuestas de visitas clandestinas y paseos sin testigos. De aquel mes, comienza a latir de Pasión mi fuego a los 17 días, ya son 17 meses en el que de suspiros se inunda mi pecho.
Estos maravillosos 17 meses jamás podrán contarse a detalle a bien por clandestinos, prohibidos o escandalosos, quizás por lo increíble de las faenas de los soles que hubo buscando nos en la madrugada mientras nosotros quizás buscábamos nuestra ropa, cuando si acaso la necesitamos. Nadie podrá resumir nuestro amor ni en letras ni imágenes, no existe cantidad que determine, describa o fije en recuerdo todo cuanto mutuamente sienten nuestras pieles. No hubo antes tiempo para recordar, no hubo antes amor que pueda compararse, no habrá límite que mengue nuestras ansias de vencerlo.


Aquellos 17 meses han sido cálido camino entre luces y fantasías en medio de las sombras de lo oculto, damos pasos entre espejos y lentes, leño tibio que cruje a cada paso y pieles que arden cuando nuestros pies se elevan en el aire.

Entre el lente y el espejo.
Cuando la piel arde nada mejor que caminar lentamente piensas pierdes tu ropa, mientras los lentes de las pupilas ajustan el enfoque sobre los deseos que desbordan gota a gota hasta tus rodillas. Al dar un paso a ellas dilata mi cuerpo que se proyecta a ti, al. Dar un paso a tu espejo las dilata aún más cuando es este último quien enmarca en detalle la copia de tus formas, la que revelas para mi gozo.




Estar entre lentes y espejos es en nuestros albores la forma de abrir el ser al otro, explorar temores, vencer pudores, sentir de lejos, arder juntos. Estar entre lentes y espejos, pasos en ambas direcciones, cuando tus pasos acuden a mi piel se agita la mía que ya se siente presa de tus labios, cuando tus pasos se alejan de mí , guían los míos hasta el oculto rincón del mundo donde lujuria y pasión, amor y felicidad inundan nuestro lecho.

Estos han sido los 17 meses más excitante de mi vida, este 17 además de casi ser tu edad es el símbolo del amor más prohibido, inquebrantable y lujurioso que halla existido y que desborda desde aquel noviembre.

El amor no se mide en tiempo, el tiempo es superfluo para el amor! 

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