Osadía, en tu piel...mis labios!

No es tu ropa la culpable de nuestra distancia, pero paga para mi agrado el precio de la represión de tu piel cuando son tus brazos quienes les lanzan tras tus pasos cuando tu espejo te recibe libre al fin de la moral y el pudor y ardiendo en deseo para el lente de mi cámara.

Como tu misma lo dices: ¿para que la ropa si son los labios las únicas prendas que la piel osa lucir?
Osadía desbordante de tu piel, libre despliegue de tus sueños cuando los botones de tus prendas se deshacen de sus ojales y tus tobillos se ciñen con el encuentro de tu ropa cayendo libre hacia el olvido.
Aquella tibia piel que arde en deseo ante el espejo, aquella brillante mirada que orquesta el encuadre mágico del lente que te transporta hasta mis pupilas.





Osadía tu acto subversivo de vencer los temores del recato de aquella moral que oprime tu sentir y liberar tu piel ante las fantasías de mis pasiones, osadía tu maniobra cuando hallas el espacio íntimo en medio de tu cotidiano agitar para desnudar ante aquel envidiado espejo el dote terrenal con que desvives pupilas a cada firme paso y cada intrépida y temeraria provocación de tu sensual caminar y seductor ademán de tus labios capturados por tus dientes.
Osadía, desborda de ella cada rincón de tu piel, adicto a ella con cada dosis de tus fotos ¡soy!

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