hacer el amor, en letras.


Son mis labios quienes más anhelan tu piel...

Fuego y hielo que congela mis miedos y aquel que me hace arder en pasión por cada uno de tus pendientes...
Recorrido de tus calles y tus colinas que coronadas con el carmesí de mis anhelos sacian la sed de quien vence la distancia tan solo por tomar de tu piel al menos un segundo de pasión...
Son tus formas las que cual aventurero deseo conocer de manera temeraria, No para conquistar sino para ver florecer en gotas mis espesas pasiones.
Me encanta la forma como haces entrelazar cada una mis letras con el único objetivo  de seducirte, imagino dejando tu mente volar a recrear aquello que la moral de ha cohibido.
Cada letra es aquella cruz de fuego de la que habla Neruda, es el único contacto por el momento que encuentro para alcanzar tu pasión y contarle a mis demonios que al menos alguna de ellas ha podido jugar bajo tu ropa como el aire libre que te recorre, contarle que al menos alguna de ellas puede ser testigo de la belleza que ven tus ojos cuando miras al espejo frente a ti antes de ser presa de la cárcel de la moral.
¿Qué sería de tí sin la moral que prácticas? Caerías rendida a mis pies para experimentar el roce de tus manos, el calor de tus labios, lo mágico de tu mirada, sentir la fuerza de mis manos en tu piel para expresar cada uno de tus pensamientos, esos deseos que se esconden en el interior de tu ser, Aquellos sentimientos que ya no quiero que no pertenezcan más a tus ilusiones sino que los traigas a tu presente, ¡a tus sábanas!
Llevarlas, mis pasionales letras, a ti ha de ser sublime, tan celestial como la gracia misma de aquella diosa que tras sucumbir a sus deseos cumple la plegaria del plebeyo que anhela con ansias tomar en asalto la muralla de tu ropa.
Intento ahora imaginar como el manto que ahora te cubre se revuelve con el cruce  de tus piernas y el palpitar de aquel pecho cuyas aureolas son coronas del anhelo de mi reinado. Intento con mi confesión, que reza que sos lo más Sensual que he escuchado, traigan a mi el favor de aquella humedad tibia que se convierte en la finalidad primaria de mis letras.
Busco llevar a tu ser el suspiro de aquel Anhelo que mi deseo por ti me afana, busco que bajo tu ropa algún gemir que sea libre en mi presencia.
Hacer el amor en letras.
Hacerlo Acusa, que llame y salte en persecución de mis vocablos aunados en deseo y pasión por tu ser anhelado, y requiere de inmensa imaginación.
Imaginar que son tus dedos cazadores y así haría que aquella jauría de letras que se fugan de tus ojos corran libres por tu ser. Algunas marchan al resguardo de tus labios, aquí tus dedos le alcanzan fácil y las besas con ansias de más de aquellas letras. Sentir que rodean tu rostro y se refugian en tu cuello en donde el aroma de tu perfume encanta mi voluntad. Hasta allí les persiguen tus dedos con la suavidad y la lentitud que aumentan la sanción de líbido que el cazador experimentado,desborda pasión pues éste conoce el recorrido de la presa.
Otras de mis letras, aquellas que se escapan de tu cuello liberan tu pecho de la prisión de tu ropa, de la presión de reprime tu palpitar. Juegan en aquellas colinas coronadas en donde un bombardeo de tus manos les comprimen hasta sacar de su escondite cada una de mis letras ya ocultas en tu calor, ya ordenadas en candentes sílabas que Bañadas en tu saliva se envuelven en aquellas coronas sobre cada cima que no cesan de prolongarse.
Divididas tus fuerzas, tus manos y piernas son presas de la belicosa carrera de mis letras pues ya tu abdomen reboza de ellas si poder ser alcanzadas por tus dedos que van en dirección correcta a tu fascinación.
Ya tus piernas temen el recorrido de mis letras en donde aquel recuerdo de moral ha de perderse seguidas de tus dedos. Y tras pocos titubeos de timidez mis letras invaden tu interior, se revuelven en jugosas y semánticas líricas.

Geométricas circunferencias y repeticiones periódicas han de seguir a cada una de aquellas letras que arden en tu interior de pasión, algunas letras se funden en cada gota que baña sus perseguidores y que deleitan mi lectura tanto como el melodioso y agónico gemido que exhalas vencida por mi prosa.
Rima y ritmo invaden ya tu cuerpo, campo de persecución dividido entre izquierda a las cocinas y derecha a tu inframundo de pasiones, baño que desata desde dentro aquel poema que tu balbuceo apenas si coordina, es tu piel vencida por aquellas letras y yo rendido ante tal majestuoso ocaso en donde la noche prosigue tras el fundir del son en tu horizonte.
Hacerte el amor en letras no le envidia en lo absoluto a ningún épico relato de hidalgos o caballeros porque es inteligible para quien apenas lo lee sin pensar que alguna vez no fue solo imaginación recorriendo tu piel.
Cazadas mis letras te pertenecen y aguardan dentro de ti preparando la nueva arremetida de mi espesa redacción
Suspiro ahora que supuesto estoy de que has vivido aquella historia de mis relatos y tus dedos han cazado cada una de mis letra. Húmedos ya, son testigos del alcance de la pasión que en mi desbordas y que espesa se pierde en entre los míos.
Ya entre las sombras el revuelo de mis pasiones se revuelven con tu nombre, apenas te conozco y llenas de vida, de pasión mis noches. Sin forma te he imaginado, porque son los valles del descanso del suspiro que liberas quizás sin querer cuando me hablas que me llena de aquel fuego que arde en deseo por conocerte, por verte y ponerle a mis oscuras noches el color que aquel sol no ha alcanzado a pintar en aquellos lugares que tu moral le ha desterrado y que algún día mi lente, mis ojos, mi piel y mis labios han de recorrer libremente son importar los vestigios de razón que intente imponer una distancia entre mi ser y tu interior.
¿Qué te mueve a pensar en mí? ¿qué te mueve a motivarme? ¿Cómo puedo impulsar a que tus deseos se materialicen, al hecho de que sentirte, conocerte y que se hagan realidad  tus deseos, que se transformen en una pasión realmente libre?
Saber que tus dedos recorren la piel que Anhelo es el motor de mis letras, me motiva aquél palpitar de tu humedad, la firme expansión de tu suspiro y todo aquel rastro de piel que las telas olvidan esconder de mi mirada. ¿Cómo hacerlas realidad? Alimentándolas cada vez con más fuego, perdiendo el temor a hacerte libre de razón y moral, descubriendo tus temores para mi y brindarme aquel privilegio que sólo el espejo de tu ducha posee.
Mientras el mundo alcanza su giro y yo suspiro a cada segundo con plegarias que separan tu piel de tu ropa y distan cada una de tus rodillas.
Anhelo ahora verte, sin más miedos en tu mente que el de negarte a sentir, sos motivo de mi emancipación de morfeo, es mas, ya el sueño se rindió y me ha dejado solo con mis demonios que claman por tu piel y por ello voy a permitirme imaginar que estás aquí, que puedo sentir tu respiración muy cerca de mí y que puedo sentir el roce de tus manos y el calor de tu cuerpo aproximándose al mío. Sientes mis dedos subiendo por tu tobillo, mi brazo en tu cintura que se ata al abdomen. Ahora mi respiración en tu cuello. Sientes los míos labios buscando los tuyos pares, Sientes ahora el latido de mi pasión en tus manos que se aferran a tus majestuosas colinas coronadas, se aferran como aquel náufrago al madero que le asiste como esperanza de vida, Sientes mis labios presas de los tuyos, no puedes escapar de las necesidades de rendir tu cuerpo y tu mente al descanso que proporciona soñar abrazando y llena por dentro de mi cuerpo.
Sientes como rodeando mis labios circundan tu cuello y aquel oído que recibe el susurro de mi ansiedad. Sientes como la presión de mis manos en tu pecho se cambia por el tibio salivar que deja el rastro de mis labios en busca de aquellas cúspides ¿Qué otra cosa podría hacer si me he dedicado suspirar por cada una de tus letras, por tu respiración, por tu cuerpo, por todo tu ser?
Sientes entonces como mis palabras se ahogan como infante ebrio de placer de tu feminidad, con mis labios aferrados a tu pecho, es ahora la migración de mis labios la que te ha de inquietar.
¿Cuál será la dirección entonces de mis labios? ¿Volver a tus labios cuyas palabras me sacian y sus suspiros me hierven o a los otros tuyos que guardan el néctar que anhelo probar? Guía entonces el proseguir de mi intención.
Asi de inquieta encrucijada de mis letras que revuelven tu piel. Te confunde de la mejor manera, te lleva a expresar cosas que tenías guardadas bajo llave tras años, aquellas que quiero liberar.
¡Libéralas para mi!
¿Qué Intenciones tienes? ¿Qué deseas ahora? ¿Seguir aquel camino que de línea tu vientre...y  llevar lo más bajo posible tu moral y prejuicios, así como aquel elástico que se aferra a tu cintura? Cómo Anhelo sean mis besos los que la cubran… Llevarlos de mis dientes hasta la brecha que marca tus rodillas…
No se por qué en este momento Anhelo tanto una imagen de tu rostro, para descubrir aquellos deseos que se revelan en la picardía de tus gestos. Liberar de tu néctar hasta posarlo en mis labios con el más efusivo beso que hayas recibido mientras tus piernas apuntan a direcciones tan opuestas.
Hay mucho más que picardía en mis letras, deseos y pasiones que la educación que mereces no me permiten explicitar de manera más profunda y reveladora...

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