¡Aquellos demonios que mi poesía poseía!

Veo en tus ojos aquel brillo de una estrella fugaz… solitario destello capaz de tornar una fría noche en una mágica velada contemplando tu latir…
Algunas historias de magos y hechiceros rondan los restos de brasas que el aire libera de la fogata que nos acoge, varitas mágicas y conjuros, luces y fuego, destellos y ecos abundan por doquier, seres míticos con cualidades envidiables por la humanidad, cosmogonía divina.
De verdad... De verdad me encantaría que esa magia fuera real: A veces me quedo pensando en cuánto los envidio... Rodeados de criaturas tan extrañas y no temerles, aveces yo temo hasta a mi espejo, Aveces tantos fracasos llenan de ira mi mirada... Aveces el corazón no quiere sentir más... Aveces... Solo aveces
Si, aveces en esas veces donde el tiempo corre... Porque en la pausa de un suspiro soy pleno… En un suspiro, en el que Se nos va la vida, sin importar que me siento vivo solo gracias a ellos. 
Un suspiro es como soltar el aire que hace tiempo nos pesaba adentro, es llamar a la piel anhelada con las ansias de la distancia, con la necesidad de larga ausencia… suspirar es el resultado del anhelo de tenerte, del sueño inculmen de aferrarse a tu piel, es soltar las cadenas que reprimen al ser, Es liberarse y liberar aquellos demonios en persecución de quien se desea, tras de ti! 
¿Será que alguno de ellos te alcanzan?
Quizá, es bueno fantasear con ello, que se adentran en ti clandestinos, Quizás son sus órdenes acercarse sigilosa y furtivamente para escabullirse bajo la manta que te abraza en esta noche... Vencen aquella pijama y recorren con delicadeza y lujuria aquellos valles y cimas que en mi mente provocan que mis dientes ataquen mis labios...

Labios que antes murmuraban aquella poesía que saltaba de estrella en estrella cuando declamo a tu mirada, Esa poesía sexy, esa poesía encantadora… 

Poesía... 
Así llamaría a aquel balbuceo de placer que con tu último aliento lanzas a mis placeres cuando me pierdo en tu piel, lo eres, poesía, tras el eco en mis dedos enredados en tu cabello... Puente con el que llegan mis demonios a tu piel... Demonios que juegan bajo tu ropa... Demonios que humedecen tus ansias y a los que envidio... Así como mis demonios, mis labios no desean diferente placer que el de recorrer toda.. Por completo... Tu piel!

Me revuelves la mente... Y me hace olvidar de aquellos supuestos buenos pensamientos.
Aquellos que vacilan en su deseo de romper el vínculo de tus botones, aquellos que dan fe de la ruda delicadeza con la que se trata una dama, aquellos que dicen que se deben chupar los dedos después de comer… Aquellos que disfrutan de escuchar decir te amo con la garganta llena!

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