Lo que la gente piensa

Estar en la mente de las personas es un lujo al que siempre he sucumbido con fascinación.  Algunas de las mentes que me albergan han abierto sus aposentos a través de sus ojos y a mi disfrutar a través de sus lenguas.
Así es, aquéllas personas que dedican sus frustradas y vacías vidas a indagar sobre la vida del otro han nutrido mi ego a totalidad cuando intentan replicar magnificadamente cada acto básico de mi felicidad aunque no me refiero a ese “estar en la mente “.
Estar en la mente de las personas, auscultar en cada pensamiento del otro, conocer de manera inequívoca la veracidad de los pensamientos ajenos es un don que parece que a los dioses no proveen a simples humanos albedrados…
Las personas mienten sin razón y hallen por temor, engañan por deporte y degradan por gusto propio. Conocer los pensamientos de quienes coinciden e inciden en mi caminar ha sido la única fascinación utópica de infancia, ello me habría evitado algunos disgustos por creer en personas de tan baja calaña que ha intentado obtener beneficios de mi ser.
Médicamente se ha sugerido la Posibilidad de los telépatas, la Sincronización en resonancia de impulsos electromagnéticos esta mas que probada pero en cerebros humanos sin esquemas receptores especializados indica un gran desafío y de ser posible sería una excepcionalidad Humana.Las personas observan comportamientos y maquinan una maquiavélica red de ausencias Morales sin contemplar la poesía de la piel… del deseo ardiente de pasionales vivires.
Aun sin el contemplar de sus palabras disfruto del arder de cada palabra respecto a la molar ida que se acusa carezco, sin reflexionar por un segundo que: si en algo he disfrutado es en la pureza de un amor clandestino que se niega a reprimir se por la moral social y religiosa, en la pasión que mi poca moral recibe y acoge a quienes requieren de una salida a represión a la que fueron relegadas por códigos Morales que se contradicen en su esencia.
Aunque no sepa que piensan en verdad de mi, puedo decir que pueden ser tan ciertas como el principio de incertidumbre lo da por cierto.. Y pueden ser tan falsas como los padres ansían lo sean.
He disfrutado de mis pasiones porque la sociedad las ha reprimido, he gozado de pieles ardientes porque la moral lo reprime, he gozado de cuerpos lujurioso porque sus padres y esposos los reprimen del placer de sentirse vivos. 

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