Caminando.

Son cortos los caminos que van bajo mis pies cuando es tu mano la que me conforta, llenas de flores y aromas los senderos en los que el laberinto de mis errores envuelve mi húmeda mirada.
Son tus caderas las que guían mis pasos, son mis palmas las que delinean las cumbres majestuosas y rítmicas de tu piel.
Anhelo tenerlas siempre como cuando las estrellas se posaron en tu humedad, como cuando la flor santa bendijo tu desnudez con cada gota de tu placer arribando a mis labios desde tus rodillas.

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