...ella ardió!

Con la sutileza del canto del ocaso, el rojo fulgorante de tus labios se posan bajo los míos, son mis manos quienes bañan tu piel y como el viento otrora juegan con los telares de tu pudor...

olvidas el abatir de las olas en este muelle, y el sonido del buque que partió vacío de este puerto, pues en mi suspiro quien ocupa el martillar en tu silencio.

cada prenda ligera se pierde en la  arena, alejada por el viento, celoso viento porque ahora son mis manos quienes te cubren, una a una cada cristal de sal que ha dejado el testigo mar en tu piel es detectada por mi gusto, el tuyo propio no se ocupa más que borbotear a cantaros con  mi fuerte pasión...

recorro con cada dedo el tibio placer de tu juventud, carnosos labios húmedos que no alcanzas a morder y que  yo no ceso de hacerlo, ríos bajan por mis dedos ahora que tu gemir alertó a la luna que nos viste y a la arena que nos pinta.

son las huellas de nuestros cuerpo los vestigios con los que la playa saludará al sol mañana, es la playa quien se prepara parra ser acariciada por nuestra piel ya que tu mirada me revela que apenas comienza tu gotear! 

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