De rodillas...

Heme aquí, Devotamente ante tu piel el brillo de tu mirada ilumina el camino de mis plegarias.
Mis rodillas soportan el peso de mis pecados y los errores de engaños anteriores pero ante tu presencia se doblan con gracia y desesperación en busca de recibir a vuelta de cánticos implorantes el baño celeste de tu vientre bendito.
Hincado de rodillas, en mis manos mi corazón y en mis dedos tus gotas de placer, frente abajo entregado a vuestra voluntad.
plegarias en mi habla y tu piel en mis labios, entregado a tu ser como la sacra imagen de mi felicidad plena.
así heme aquí. postrado ante ti, entregando mi cuerpo y mi alma a tu ser majestuoso que bendice mi existir. 

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