Reclamos : versión gráfica

Me siento en el camino y recuerdo gracias a las gotas de lluvia que caen en mis mejillas el aferrar de mis dedos a las gotas que se escapan entre ellos y tus piernas...
Ya hace más de dos años en que te pierdo, hace apenas semanas en que no contento ese anhelo de volverte a ver, recordar la sedienta piel que otrora no perdía suspiro para perder su ropa, aquella piel cuyo reflejo en el sol es casi tan celestial como el trance mismo de tu orgasmo, esa sonrisa en jugada en gemires y ahogados suspiros llenos de sudor y deseo de separar por mitades los maleables contornos de tu pelvis...
Cada eco en los espejos que se empañaban de sudor y el explotar a plenitud de nuestra pasión hoy resuena entre mis monótonas motivaciones de diestras manos, esa súplica a tu dios cuyos preceptos en tal momento se oponían a tu placer hace hoy que mis labios le susurren como tímida súplica a que tu ser vuelva de él a mi!
Pensar que te tuve hace ahora que mi retorcida mente envuelta en pasiones y fantasías inconclusas se encargue con esmero en su papel inquisidor de mi placer, es tu piel la que distante de mi tensa mi condición de frágil y me obliga a la súplica de tus gotas de vida.
Mi felicidad ha sido y ha de ser por lustros proporcional al porcentaje de humedad de tus piernas y la separación de tus rodillas, así como a la plenitud de tu garganta y la ausencia de tus ansias de tratar cada gota de explosión de mi pasión me condena al furtivo olvido.
En son de reclamos, si es así como los humanos mueren entonces no quiero morir como humano :
¿Es de humanos la ausencia?
La pérdida en la humanidad se remonta al parto, nacer, comenzar la vida en jugada en pasiones implica perder la seguridad y saciedad del vientre y afrontar el frío de las ausencias, fecundada mi necesidad de ti se conforta en su desarrollo en la incertidumbre del nacer a las pasiones oscuras que desbordan el sentido de mi placer por tu piel, pero es el nacer, el desgaste de la injusta entrega de placer y depósitos de fantasías hechas realidad lo que genera la ausencia, aquella que se establece con cada acto racional de tus piernas, aquella que se posara en mis labios a falta de los tuyos con todo tu peso en los míos!
Te veo distante entre sábanas, las mismas que limitan tu caos en mis pasiones, las mismas en las que se delimita el mundo que antes no conocía frontera, te veo y me siento ajeno a tu cordura moral, la misma a la que me he resistido a pesar de los sinsabores sociales y ahonda la ausencia la pulcritud de tus tacones olvidados y el uso de ropa interior que antes temías.
No he ampliado tanto mi retorcida mente para llenarla del vacío de la moral y la ausencia de piel ardiente y húmedas rodillas.


¿el frío vence el fuego?
La trilogía compuesta entre fuego, energía de activación y combustible es sensiblemente afectada por la ausencia de la energía, el fuego se reprime con el frío y le cuesta brillar en entornos con poco combustible.
Nos hemos enfriado hasta el punto que las llamas que ardían en nuestros encuentros se ha menguado con la desarticulación de la motivación y la irreverente actuación de amantes desenfrenados, aquí en parte, mi mayor reclamo y mi mayor anhelo acudir a la negación y menos resignar a la aceptacion de la mutación de seres sexuales en Morales.
El hielo puede sofocar pero no puede en mi concepto cegar la llama de placeres que gota a gota reclaman las pasiones menguada por distancia y escrúpulos, más aún acudí a la sinfonía del hielo fluido como tus pasiones, ese hielo que se derrite con el fuego de tu canela y ardiente piel acostumbrada a temblar rítmicamente con el abatir de mis pasiones eyaculadas en ella, canalizada a tu gemir y encausada al valle profundo como el infierno de tus fantasías.
Así como este, el hielo, se conjuga con el fuego para bañar el recorrido de aquellas cruces de fuego esperan mi labios guiarse por el tibio sabor de tu muestra de pasión.
Saberte distinta es más frustrante que las angustias de la impotencia humana, es más doloroso que mirarte ajena y de paso más avasallador que el rechazo de tu orgasmo. Conocerte creí haberlo hecho más ahora reconozco que la mutación aleatoria no se conjuga con mis deseos y pasiones.
¿el conocer aburre?
Aguardo por desconocerte si el caso así fuera, así como el sabio vislumbra un hecho, su conocer ahonda de pasiones la intrépida solución, así entonces conocerte suponía por fin el encuentro de aquella alma perdida complementaria que da sentido al latir y el disfrutar el magnífico mundo carnal que da rienda suelta a tantos demonios que tanta felicidad me han dado y ahora solo el sabor contradictorio de tus ambiguas discordantes actos, sueños que se palidizan tras tu opuesta reacción al sentir.
Triste sentir tus fantasías olvidadas donde antes tus escrúpulos y moral, triste el seco dormir de tus piernas,aquellas antes quienes hidratada mis labios sedientos de tu placer, y las mismas que se aferraban a mi cuello cada vez que tu garganta soportaba tu cuerpo entero en mis rígidas pasiones por tu ser.
Las cascada ahora secas de tu satisfacción vierten ahora las cuencas que el azar o el devenir perversamente maquiavélico del tiempo ha entregado en tus brazos.
¿Cómo se debe desbordar la fuente de tu placer?
Ya no me es claro como desahogar la fuente que en mi no viertes, los hábitos de la pasión de tu piel me desconocen tarde tras noche, son aquellos alrededores de tu piel los que ahora disfrutan de la picardía e irreverencia que caracterizaba tu sexo en mis dedos y sobre mis labios, desconozco el día en que no te encontré donde nos hablábamos pero más desconozco la esperanza de tus pasiones, en alguien aunque no sea yo.
Hoy en tu ausencia pregunto al aire si tu fuego aún arde, si aquellas oscuras pasiones aún son movidas por el impacto axial de tu húmedo gemir, si otros dedos sustituyen los míos, me pregunto cómo se debe estar desbordando tu fuente en el placer que antes me pertenecía pero hoy has otorgado a tu devenir.
Me has extrañado, me has convertido en un extraño en placeres de otras pieles!

Ya no eres tu, Andrés cepeda. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

De fuego reprimido

De nuevo al fango pero al menos no olvido tu nombre.

Rúben (cuento), Luis Britto