Las tristes ópticas de la matemáticas lapidan
Las tristes
ópticas de la matemáticas lapidan de justa (palabra que alego no existe ajena a
la venganza) las alzas de la presa en la carrera populista y viciada de
ocultamientos, hablo de la puja por el ajuste del salario mínimo.
Si como mínimo no
alcanza ni siquiera bajo el espectro del DANE (Departamento De Asombrosas, No
Reales Estadísticas) para quien ser pobre es tan subjetivo que ni siquiera es
coherente con sus propias medidas, y para la muestra un botón, si ser pobre es no ganar menos de siete mil pesos colombianos en el 2014 ¿por qué el salario mínimo
para el mismo año es de poco más de seiscientos mil pesos por mes? Cualquiera
que sepa dividir (no aplica para las divisiones que hacen en el senado delpresupuesto nacional, esas divisiones solo obedecen a algoritmos maquiavélicosde terratenientes que pagan pueblos hambrientos por un voto y así perpetuarseen el poder) y decía, cualquiera que sepa dividir es capaz de dilucidar la desproporción
de las medidas y la inapropiada utilización del término mínimo. Y ni hablar de
los datos acerca del empleo, pues, vender minutos, vender tintos en algún coche
de bebé, incluso repartir volantes en el centro de la ciudad para el mágico
DANE es empleo.
Dos percepciones
acerca de la puja por la concreción de la cifra del salario mínimo me humillan
e indignan como ser racional:
La primera hace
referencia a la apayasada y perfumada de los que se dicen luchar por el
bienestar y la dignificación de la labor obrera, ¿por qué tienen que pintarse
de oligarcas y capitalistas, que nunca sudan al sol y que sus ropas son de
marcas reconocidas?, suponen los del vulgo que será ara que se les preste
atención, se mes brinde respeto y tenga en cuenta a la hora seria de coincidir
en ideas pero de ser así entonces, ¿la labor obrera es así de indigna? ¿Un médico
debe vestirse de harapos cuando atiende a un indigente que fue atropellado por
un conductor ebrio, y que ha huido? Al médico se le cree por lo que sabe no por
cómo se disfraza así sea en la televisión, me imagino en un noticiero una
entrevista a un minero y el tener que salir con su casco y máscaras, o a una
bailarina nudista en donde trate de explicar el baile en la barra ¿será que a
la pobre mujer tiene que demostrar su conocimiento con su uniforme de trabajo?
Se visten como
empresarios y van a hablar con empresarios de dientes para afuera
aguerridamente con índices porcentuales cadenciosos pero atados a los números
de económicas índoles, primando la productividad y la utilidad sobre el
bienestar.
Me pregunto ¿si
el que negocia se ganara un salario mínimo?, ¿cómo serán los argumentos de esta
discusión?
Por otra parte no
sé si sea conveniente acudir a la equidad en esta disputa, tantas veces se han
visto ilustres padres de la patria, mandatarios y dirigentes políticos y
sindicales rasgar sus vestiduras ante la opinión publica jactándose de justos y
benévolos al desinformar que han alcanzado un acuerdo, no negocio (primer
error, ¡porque lo es!) en donde como un gesto altruista solo se aumenta el
salario mínimo de los altos asalariados uno punto sobre la inflación mientras
que para el ciudadano de a pie se le aumenta hasta tres , cuatro puntos y para
ellos es una gran noticia, y le agradecen hasta mas no poder (parece
confundirse con esa terrible humillación religiosa a la cual ese pueblo débil
de mente acostumbra) pero las matemáticas hacen que vivamos menos… ¡MENOS
ENGAÑADOS! , pues, tres o cuatro puntos sobre la inflación es una bendición
para quien tiene que lidiar con un salario mínimo al mes (en ocasiones menos),
pero ¿cuánto es el 1% de cincuenta salarios mínimos mensuales? Es así, eso es
lo que ganan nuestros ilustres mandatarios, o por lo menos cerca de ello, se
trata de un incremento de medio salario mínimo, algo así como si se le
aumentara el 150% del ciudadano del mínimo, es la cereza que le falta al postre
de la perpetuación de la inequidad y a este ritmo no podrá jamás nunca
superarse esta brecha entre pobres que cada día se hacen más pobres y ricos que
cada día se hacen más ricos.
Ahora bien, ¿qué
se dirá del caso justo en donde se decrete la salomónica decisión de aumentar por
igual a ricos y pobres, a obreros y congresistas? La respuesta es un aumento de
DOS Y MEDIO SALARIOS MINIMOS MENSUALES PARA LOS CONGRESISTAS, si este pobre
obrero recibiera ese aumento indicaría un aumento de ¡dos mil quinientos
porciento!
Salarios de
congresistas y obreros rasos a lo largo de los años con aumentos iguales para
cada uno, aquí una persona de un mínimo en 20 años no alcanza ni los 10
salarios, mientras que nuestros ilustres congresistas alcanzan cerca de 130
salarios. ¿Esto es equidad? ¿Esto es prosperidad para todos?
Es aterrador
pensar que en esta sociedad de doble moral sea más importante el desnudo de una
joven, la ebriedad de un frustrado, la droga que consume un adolescente con
problemas de autoestima, el vestir de una agricultor o las creencias religiosas
de quienes hartos estamos de mentiras que la perpetuación de la inequidad y la
ampliación de la brecha entre pobres y ricos.
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