Adivomsoc
Adivomsoc
Referencia: Adivomsoc1.0
Bitácora de la unión.
--""May day!, may day!, con esas palabras
los pilotos reportamos las verdaderas emergencias..." así comenzaba su historia"
así comenzaban las historias de quienes le habían escuchado, pero a mí me encantaría
comenzar por...
"¡En medio de esas dos constelaciones!"
señalaba él a su sueño, el rumbo que tomó para llegar a ésta, mientras ella con
un gesto de aburrimiento y furia enmarcaba la poco motivada expresión de felicidad.
Muy temprano, de niño, jugaba con sueños y maravillosos
resplandores que muy tarde diose cuenta que cavaban una tumba en frente de si y
que tal, para ese entonces, ya se veía como una prodigiosa trinchera.
Alternó sus estudios y pasiones, sobresaliendo en
cuanto campo háyase visto por tales tierras, y figurando dentro de las pálidas hojas,
amarillas por los años, custodias de la historia de un rincón de olvido.
Sorteaba con valor cada maniobra exigida por los
rigurosos calificadores que en su academia encontró, de allí que tantos apodos se
halla ganado, y como mito u hombre, desmerecidos o no, con gracia o falto de ella,
su vida, dibujó.
Constelaciones, rumbos, referencias, cargas y nombres,
acostumbrado estaba a darlos a maquinas y personas, hombres o no, en peligro o regocijo,
con precisión métrica, pero ni una sola gota de valor tenia para cruzar una palabra
con quien varias, por no decir muchas, noches anteriores había sonado conocer.
Le consideraba a ella una deidad, no por orbitar,
ni por la manera de contonear sus cuerdas vocales, ni por borrar de un suspiro la
totalidad de los miedos que con éxito había sabido clausurar en sus adentros, en
los confines de sus frustraciones.
Cuatro coordenadas bastaron para ubicarse, aquella
situación era en verdad una emergencia. Había sobrevivido a cuantiosas guerras y
llevado a cabo con éxito mas rescates que ningún otro en su campo hallase hecho,
recuerdo aquella en donde un par de ovaladas
armas le apuntaban a los ojos, lo único lindo resaltado por su sueño, y en donde
una jugada de transfigurado altruismo sirvió como medio para evadir las tetras de
aquel ser pálido que trató de tomarlo como prisionero de guerra, allí solo bastó
una ráfaga de fe, artículo de lujo para él, pero ahora, no se trataba de ello.
La seguridad que tanto le faltó en tan divergentes
ocasiones era hoy su debilidad, pues de quien la aclamaba nunca provino y a quien
la entregó no supo aceptarla.
El ambiente no podía estar peor, los rumbos de sus
equipos andaban algo distorsionados y vagar por la vastedad del oscuro y finito
espacio nunca fue de su agrado, además el hecho de ser un blanco desarmado con perseguidores
tan ágiles, como suelen serlo el olvido, engaño y la traición le hacía temer por
lo peor.
Aquella voz que oyera aquella mañana mágica y hechizante
sabatina era lo único que le guiaba, coordenada tras coordenada seguía cual mandato
de fe, ella le guiaba como, a un barco, la deriva le guía su destino.
Creyó ser un valiente redentor y como suele pasar,
pasó a ser una víctima más de aquel juego de guerra, de aquella vieja táctica, de
aquella desalmada y roja bicúspide treta.
"May day, may day" recibió aquella transmisión
por radio, distante y distorsionada, a la que ella sólo podía apresurar la guía
de rescate, él le sonreía, a pesar de su premura, le apaciguaba cada temor los dulces
monosílabos de respuesta, como desde temprano había hecho saber no importósele nada
mas que estar en contacto con ella, así mismo, ella también le preocupo cada grito, cada impacto y él, aunque reacio decidió
creer aquella maniobra de salvación que paradójicamente hoy obraba sobre si y no
desde él, decidió obedecerle y movido por tal defecto confino sus esporádicos arranques
de lucidez a un plano que para nada intercepta el que vos y yo conocemos.
La orientación prestada solo logró alejar mas la
nave, la más débil y ultrajada posible a un mundo oscuro, en donde la luz estelar
poco había formado, un terreno, por así llamarlo, en donde el susurro de la noche
mece extraños encuentros entre formas y espectros.
Al descender, apresuró su resguardo, las alas secas
de lo que otrora fuese un refugio armónico, similar a un árbol, le dio la confianza
necesaria para establecer un refugio.
La travesía en la que se había embarcado era movida
solo por el deseo de conocerla, de darle ese bien que él nunca había tenido, de
por fin alcanzar su meta.
Decía a sí mismo, haber nacido para ello, y a los
demás plasmaba con luminosas miradas el anhelo que le apresuraba.
Llegar a ello implicaba más de sí que ninguna otra
cosa, pues las batallas libradas a favor de su credo le habían dejado más que poco
cuerdo y menos saciado de lo que en su inocencia esperaba.
Desde su refugio recuperó las comunicaciones, al
escuchar aquella guía, allá danzante en sus adentros, vos que tanto anhelaba sentir
de cerca alguna navidad solitaria y algún noviembre, pero según su entrenamiento
y vivencias previas, decidió antes de pronunciar amables halagos y agradecimientos
que el intercambio peritorio comenzara:
"ubicación sector dos-cero-ocho-cuatro sobre
cuatro-seis-cero, ¿base me ubica? Nivel de defensa desconocido, daños moderados,
transmisión temporal, desplazamiento inhabilitado, tiempo estimado de reparaciones
desconocido, nivel ofensivo nulo, procedimiento emergente o-ere-ce en curso"
repitió tantas veces ésta oración como heridas en su cuerpo recibió y solo muy adentrada
la noche y al descubrirse la última luna emergente de aquel planetoide le fue respondido
su llamado "aquí nave, copiado, enviando secuencia de supervivencia, manejo
por procedimiento, protocolo ache-o-ene-de-a-uno-dos-cinco ¿estás bien?" Le
recibió y creyó estarlo pero tal sentimiento no duró mucho, como aquellos instantes
de seguridad que atesoraba, su calma se esfumaba en sus pensamientos como agua en
sus dedos, como el color de su rostro.
El lenguaje utilizado por sus captores no le permitía
dilucidar los movimientos que ibanse a realizar, fue llevado a lugares de exuberante
belleza pero el temor de perder la oportunidad de regocijo en el regazo de aquella
ninfa se esfumaba en cada cuartz de su reloj
atómico. ¿Cómo pudieron guiarme hasta allí? Se preguntaba pero sus sospechas le
serían confirmadas.
Dos-siete-septiembre había sido una comunicación
interceptada anteriormente por su equipo y allí la secuencia o-ere-te-o develaba
el plan sistemático de eliminación personal que con las tácticas propuestas por
él mismo, la unión adelantaría contra él.
Aquellas maniobras de transporte personal y fijación
de enlaces internos, exploración en campo e intromisión en terrenos hostiles lo
llevaron a tan oscuro lugar, donde el humo enceguecedor y el ruido estridente de
alucinógenos vapores le mantenían preso.
Uno noche sin embargo, tras un descuido de sus oscuros
captores tuvo la oportunidad perfecta, reptó tras pantanos humillantes hasta alcanzar
su equipo y allí imploró por una salida, la situación lo permitía y en un golpe
de su siempre presente suerte nadie respondió sus llamadas.
Golpe de suerte porque tuvo la desgracia de volver
a su jaula oxidada y aguardar una nueva oportunidad, que no tardó mucho, ya que
para la fecha ya cohabitaba con sus nuevos conocidos sin más libertades que la propias
de un esclavo, pero síndrome de Estocolmo o no, eran los únicos que le tenían por
vivo. Un destello sobró para que advirtiera de una nueva comunicación de la unión
en donde le solicitaba, a sorpresa del condenado al olvido, reporte de estatus.
Fue así como tras un par de contactos a escondidas
de su sombra logró crear el suficiente desconcierto que le permitiera huir, no sin
antes luchar cual fiera airosa y apoderado de unas cuantas herramientas nuevas para
sí, venció a unos cuantos miedos y tras una reparación de sus equipos en medio de
la batalla más cruda librada por un mortal, desde que los sueños fueron declarados
bienes controlados por los seguidores de la razón.
No explicase entonces como la unión habíale dado
herramientas de apoyo a un, por ley, dado de baja.
Expeliendo fuego de sus adentros, salió del alcance
de los oscuros rezagos de vida, a través del oriente magnético sin más que un poco
de suerte enajenada y enmascaradas viejas heridas y nuevas alegrías.
"Felicitaciones por tu hazaña, nunca te olvidamos,
aún cuando solo recibíamos de ti más que distorsión y estática" "dos-tres-cero-dos
ruta de encuentro" y su corazón, aunque a veces pareciera falto de él, se aceleró
aún más que sus magnetrones propulsores.
"Ella aún está allí" era lo único que cruzaba
por su mente, en tanto esquivaba los últimos rezagos de aquella defensa rústica y lesiva, siguiendo aquella
voz, más que su instinto, siguió cada letra, cada coordenada mandada, manejo en
sigilo y evasión de campos hostiles eran copiados uno tras otro mientras aquel esperaba
al menos una señal que espantase de su interior el temor de algún otro complot en
su contra, pues era bien sabido que la unión también poseía oscuras amistades.
Talvez solo en su paranoia, tales amistades influyeron
sobre decisiones tácticas que cruelmente cobraron tantas lágrimas propias y ajenas,
tanto sufrimiento endosado a una sola alma, invasor de sueños y verdugo de metas
y esperanzas.
Al acercarse a su destino, en medio de dos constelaciones
de formas intrincadas que esbozaban, para tal tiempo y al unísono, la estructura
romántica de una pareja de ensueño, formas y susurros solo vistos por quienes aman,
guía solo, para quienes perdidos por tal voz estaban. Enamoradas una de otra, cada constelación abrazaba
a su par, de una manera tan tierna que era casi imposible vislumbrar el colapso,
una sobre otra, estrella tras estrella, tiempo sobre tiempo.
El espectáculo que brindaban confundíase con las
fantasiosas expectativas que éste llevaba al esperar conocerla.
Rezagos de aquellos oscuros antes captores atacó
en acto suicida la base antes que este cumpliera con su cometido, fue sangriento
y doloroso ver tanta muerte y sueños mutilados, proyectos que no pudieron realizarse
por venganza de tal evadida, y tal espectáculo, al tomarle como culpa suya, cambio
una parte de de nuestro piloto, comprendió como la venganza contra una persona puede
diezmar una comunidad estable, y le entristeció sobre manera la falta de fortaleza
de la sociedad que aunque rígida y estricta sucumbe ente una arremetida de metralla
que poco fundamento tiene en ideas y razones.
Una orden de movimiento fue captada, no era para
sí, era para ella, una roca parqueada en el centro de lo que bien podría ser el
corazón de su destino atraía con fuerza la base a la que se dirigía, atrajese de
tal manera que aquella, para él, ninfa, bañó en ácido los anhelos del cosmonauta enamorado y partió
al encuentro foráneo en donde más que choques y encuentros ocurrieron y por desgracia
para nuestro viajero creyó ser la última vez que éste le vio, pues la colisión borró
de su mente la esperanza del, anhelado por cientos de años, encuentro entre éste
y aquella voz que alguna vez le diera alas para volar, fuerzas para emprender el
viaje que le embarcó en la búsqueda de su amada y su propia existencia. De tal choque sólo observaba desde varias unidades
astronómicas trozos de fuego y sueños esparcidos por doquier, crujir de esfuerzos
competían por sus oídos con la estática inerme a falta de respuesta a sus llamados.
Descendió casi tan rápido como las lágrimas de su
alma alcanzaron el exterior de su ser, casi tan temeroso por lo que esperaba encontrar
como convencido que iba a perder tanto sacrificio por llegar a ella.
Luego de la colisión y al llegar hasta donde creyó
podría estar, buscó con tantos anhelos como oraciones en su boca, con más lágrimas
que esperanzas pero haciendo alarde de una inexplicable bendición, vacía de palabras
pero rebosante en gestos, pues más dice una sonrisa y una mirada en su hermoso rostro
que cada lánguida letra aquí capturada, allí le vio, y eso bastó para que tanto
dolor que nuestro desconsolado e ingraciado viajero había coleccionado se borrara
con el primer susurro de su anhelada.
"No fue como lo planeé, pero fue subreal y mágico"
no aclaró a que parte se refería, al encuentro o la colisión y esto dejó más frío
el vuelo de cadenciosos sentimientos que afloraban en el corazón de nuestro viajero
que los confines de planetoides reinados por nieves perpetuas.
Ella le preguntó por los móviles de su viaje y él
sació cada duda, hablar de amor era lo que mejor hacía, vigorosamente, con tal entusiasmo
que hasta el mejor de los amantes le envidiaría.
No supo por qué la reacción de ella fue por muy poco
más vivida que un par de rocas humeantes al verlo.
"¿De dónde has venido?" Preguntó ésta de
manera lacerante a su corazón y éste solo trató de limar asperezas con un "¡De
en medio de esas dos constelaciones!" le señalaba así a su sueño el rumbo que
tomó para llegar a ésta, mientras… siempre trató de olvidar esa parte, pues que
le desagradare a ella algún inocente comentario era casi como que ella le aniquilare
con un "no te quiero", que le reprochase con un sórdido grito alguna maniobra,
le frustraba tanto que ni los mares de lágrimas que formaba por ello lograban desahogar
el sufrimiento del solitario viajero.
Atento a las señales que ella pudiera darle le prestó
auxilio y ejecutó el procedimiento cinco-abril-siete, maniobra que ayudó mucho en
un accidente que éste había tenido pero ahora, no era totalmente seguro su éxito.
Estuvo a su lado toda esa noche y al amanecer habían
hablado tanto como ambos hubieran querido pero aún faltaba poner las cartas sobre
la mesa, las de ellos, era en verdad lo que nunca habían hablado, ambos eran los
más grandes desconocidos, aunque el amor afectaba cada movimiento que ejecutaban
al comenzar a hablar, tantas heridas que afloraban y el dolor enclaustrado inundaban los ojos con rencor y melancolía,
y las bocas de monosílabos estridentes.
Las descripciones épicas de cuánto él la amaba eran
adornadas por los vuelos incandescentes de restos de la colisión, pero no más bellas
que su sonrisa eran las historias que a ella contaba cada vez que a ella la aburrición
y la furia le invadían.
Su tierno corazón, en aras de que tal sinsabor pasase
fortuito y permitiera volver a disfrutar del espectacular gesto de alegría que su
rostro solía otorgar a quien le agradaba, trató de apaciguar sus miedos, y olvidar
como siempre lo hacia de cada dolor causado, y de cada sufrir en silencio.
Unas historias le dan finales a ésta, otras solo
dicen que fueron felices o se separaron, otros que nunca pudieron encontrarse, y
yo, en cambio, conocí uno en el que el sacrificio continuó, pero ahora era de ambos,
ambos se esforzaron tanto por conocerse, por amarse, que pocas dificultades encontraron,
lejos uno del otro vacíos estaban, juntos, muchos dudaban de su futuro, pero luego
que ambos ampliaron sus lugares en su mundo y formaron uno compartido nadie oyó
más de ellos, nadie más que ellos y dedicándose uno al otro sanaron sus heridas
y procuraron la más bella historia de amor, tan bella fuera esta que mis crudas
letras marchantes de este manifiesto jamás podrían describir.
Otros proclaman que esto nunca sucedió, otros no
confían en mi final, pero como el viajero, solo confiaba en él, en él mismo, y éste
vigor le permitió que la única persona que él adoraba confiase en él, no veo porqué
incomodarme por ello.
Cada quien podrá tener un final para cada historia,
cada cual la escribe en su destino, y cada quien tiene un sueño por el cual superaría
hasta un viaje de media vida, la cuestión radica ahora en, cuando escribirla, y
bajo que rumbo.
Comentarios
Publicar un comentario