Lo que uno sabe

Alguna vez leí bajo mis húmedos ojos un mensaje anónimo de nombre pero evidente en su intención “deje de escribir cosas que no sabe”!
Amenaza u orden, mandatorio a la mascota que se solía tener atada a sus voluntades, inquisidor arraigo que le sugiere una falta y despectiva ausencia de interés.
Radica entonces consecuencia de un escrito desde mi prisma, desde lo que se me muestra, desde el punto donde sus actos me deslumbran con la rareza que nunca espré sentir.
Me sorprendo la facilidad de engaño de algunos lobos vestidos de ovejas. Me sorprendo al sentirme seguro de banalidades que no construyen mis pasos, me siento estúpido al de nuevo tener la certeza de la veracidad del engaño.
¿Qué es lo que uno sabe?
Saber es una gran necesidad humana y bajo los paradigmas positivistas todo lo que se es el constructo propio del discernir de los eventos, del análisis de las situaciones y del contraste de las diferentes miradas a las que acceso tengo.
Las fuentes de información son susceptibles a la manipulación de intereses mezquinos más cuando hay dolor en el medio, filtrar algunos detalles de manera inocente es quizás la mejor manera de desatar una plena venganza.
Yo solo sé aquello de lo que me convencen los detalles que no quedan sueltos, he pensado sin parecer religioso, que existen algunos demonios, bichos de sevicia incesante tras mis oídos que repiten con esmero una y otra vez que aquellos cabos sueltos no encajan en el nudo armonioso de la mentira que escucho y peor aún, unen uno a uno cada uno de ellos en los más despiadados, maquiavélicos y revelantes designios de la lucidez de sus actos.
Cada saber que considero mío es mi tesoro, es el fruto de la conspiracion de mis miedos, de mis certezas e inconclusas peticiones de conocer realmente la mente ajena, son tan reales como la versión de quien me refuta, es el conocimiento contrastado y filtrado entre miles de posibles desenlaces, y son ellos ahora la incertidumbre de que ella fue mia y la certeza de que no lo es ni lo será gracias a su acto mezquino de hacer una vida ajena, en pieles ajenas y de pasiones diversas que quizás yo le pude dar.
Pedirme que no escriba acerca de lo que no sé le entiendo como el llamado egoísta de creer ciegamente la versión ajena, viciada de malicia y canalladas, acompañada de mezquinos deseos de lucro ajeno a mi y que es acomodada al buen nombre de quien no lo conservó, pedirmelo sería como aceptar que no estoy solo tan solo por el hecho de habitar esta podrida cuasi esfera de roca podrida con mas de siete millones de mezquinos e inmundos humanos, a los cuales nunca importé, como a ella tampoco lo hice!
Lo que uno sabe depende del paradigma en el que se fundamente, en la mentira que se cree cierta y en las crueles falsedades y relatividades que un corazón infiel es capaz de maquinar a su propio lucro. Lo que uno sabes es toso lo que sabe, no es lo que las porquerias de personas goteantes de sudor ajeno al mío quieren implantar como la certeza ajustada de sus intereses, no es lo que quieren que crea , ya que pensar diferente es castigado, asumo mi castigo aferrado a lo que yo sé.

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