Del amor al rugby: de este hasta a ti!

El rugby es un deporte joven, apenas lleva centurias en sí, y aunque es considerado un deporte de bárbaros no hay menos clase y respeto en él que en algún otro deporte que el hombre pueda inventar así se le diga religión, en éste, el contacto a de ser de buena intención, sujeción y bloqueo bajo las premisas de acompañar avanzar y anotar y quizás esta sea la única finalidad que se le puede atribuir a la vida y no la Falsa ilusión de ser feliz plenamente, ya que como bien se sabe la felicidad radica sino en tener una muy mala memoria.
pocas formas curvilíneas generan tanta devoción en mí como aquellas que delíneas bajo las telas que sostienen la moral que impone la sociedad, genera tanta pasión cómo lo hacen aquellas tardes de ocaso donde el sol muere ocultado entre tu piel desnuda.
Comenzar un nuevo deporte es más que un reto, Todo cambio trae consigo cierta inestabilidad pero es así, fuera de la zona de Confort, donde nos abrimos a las nuevas experiencias, a nuevos tratamientos sanos y profundos que yacen en el corazón aquellas buenas intenciones, las cuales se creía presentes en algunas falsedades, en ciertas de estas han demostrado ser no más un vasto recelo de la avaricia humana como bien se puede ver en deportes tan vulgares como algunas religiones, como es el fútbol, en donde cada individuo Busca a brillar, Busca anotar, Busca defender, Busca robarse del show de su propio nombre marcado sobre su propio número y no le importa vociferar cuanto improperio le permita su proximidad al juez supremo. este caso no se ve en el rugby, el juez es Intocable, la verdad no ha de ser alterada, la verdad es solamente el conjunto de acciones que se realiza como un equipo único, donde cada posición tiene su valor y donde cada ventaja individual sucumbe sobre la colectiva, porque es el conjunto de individuos el que avanzan, acompañan y anotan, el dueño de cada try, es el equipo, y al componente último de éste se le permite una conversión, esta conversión al final le entrega la confianza a quién anotó gracias a sus compañeros y éste ha de verificar el paso sobre la H en pago a dicho gesto.
Aquella pelota caprichosa para nada esférica, no puede ser envía con la simple facilidad de una entrega a rebote, hasta una pared puede devolver un balón pero la pelota de rugby solamente te la puede pasar un compañero y ni siquiera éste conoce la voluntad y el capricho de la misma.
aquí persiguiendo cada una de las pasiones, el fluido del agua, el brillo del Sol en tu piel, esta misma y el rugby llenan aquella mirada indómita que aún se resiste a decaer, es mi lente quién registra el Paseo armonioso de los segundos con el eco de tu sonrisa y son estos segundos llenos de suspiros los que fortalecen y confortan una vida cansada de apariencias.
es el rugby una de mis pasiones, es el rugby donde vale más el objetivo que la individualidad estelar, cada paso que se da es hacia delante, cada empuje que se ejecuta es de aliento hacia un compañero que va cayendo, el apoyo es básico y es vital Y quizá por ello agradezco tanto ese apoyo incondicional, esa transparente forma de vivir a mi lado que brindas!
es apenas normal que existan detractores del rugby, de ti y de mí y de todas las pasiones que nos mueven, Pero, ¿qué sería de una vida sin de tractores?. no habría manera de enjugar nuestras sonrisas con el gozo del incómodo comentario que algunos se creen con derecho a decir, que se creen con el derecho de posar en nuestros imaginarios el sentimiento equívoco, sesgado e Imparcial, aquellos que intentan enseñar a vivir erran con la simple razón de no vivir antes, intentan imponer aquellos pensamientos sesgados e imparciales que dentro de su propia impotencia e ignorancia aceptan como ciertos.


Aquella tarde ambos intercambiaron pases, se acompañaron y avanzaron cada vez más, Hasta por fin anotar el try qué tanto hacía falta en este encuentro!
Aquella tarde El Sol decoró las curvas de ambos y de aquella pelota caprichosos, todos tres deseosos de alcanzar la zona de try…

cuenta la leyenda que su piel se decoró de alegría con él, con la caricia del sol, aquella pelota tuvo vida en sus manos y su movimiento angular la guió hacia él. cuenta además que sus ojos brillaron como nunca antes y que por fin se sintió vivo conociendo cada defecto de sí, de hecho y de todos aceptando su vida con defectos, errores y fracasos Y fue así dónde conoció la felicidad!

 


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