Cartas de amor : 1
(série de letras orientadas a tu piel, deseos inculmenes que borbotean en mis labios)
Aquí me dispongo a seguir amándote a la distancia, a anhelar tu piel, la que nunca sentí, a degustar tus besos, los que nunca me diste, a soñar con verte plena y feliz… al menos viéndote así tendrá regocijo mi alma.
Siempre tuyo, por siempre.
Cartas de amor: 1
1
Aquí me enfrento a la condena de nuestra distancia.
Son agónica las horas que veo como avanzan con tal delicadeza qué puedo contener los recuerdos de tu mirada en cada paso que el segundero de mi inquisidor afirma. Es el tiempo que pasó desde verte por última vez hasta hoy lo que mengua mi sonrisa y marchita mi piel ya ajada por el sol que no apacigua los irrefrenable deseo de tomar tu piel en mis dedos.
Las noches sin tus letras, sin aquellas fotografías que nutrias mis pasiones hacen que el eco en mis paredes resuene armónico con tu nombre, con tu número… con la pureza de la mirada inocente que por fortuna o desgracia no se ha sonrojado al sentirse desnuda, aquella a quien no permitimos liberar el ataque de nuestros instintos.
Grandes fracasos me esperan en brazos Ajenos a los tuyos, tras los ojos de quienes nos circunden será nula la Unión de nuestros nombres aunque tras los míos no se separan nunca las letras con qué se escribe tu nombre y por ende mi profunda pasión y lujuria.
Aunque la noche sea fría, será el anhelos de tu piel el que me conforte, será el brillo de tus labios los causantes de herir los míos y definitivamente será anhelar tu sonrisa lo que haga que éste seco e idiota corazón lata como aquella tarde en que los deseos afloraron en nuestra piel.
Aquí me enfrento a la condena de nuestra distancia.
Son agónica las horas que veo como avanzan con tal delicadeza qué puedo contener los recuerdos de tu mirada en cada paso que el segundero de mi inquisidor afirma. Es el tiempo que pasó desde verte por última vez hasta hoy lo que mengua mi sonrisa y marchita mi piel ya ajada por el sol que no apacigua los irrefrenable deseo de tomar tu piel en mis dedos.
Las noches sin tus letras, sin aquellas fotografías que nutrias mis pasiones hacen que el eco en mis paredes resuene armónico con tu nombre, con tu número… con la pureza de la mirada inocente que por fortuna o desgracia no se ha sonrojado al sentirse desnuda, aquella a quien no permitimos liberar el ataque de nuestros instintos.
Grandes fracasos me esperan en brazos Ajenos a los tuyos, tras los ojos de quienes nos circunden será nula la Unión de nuestros nombres aunque tras los míos no se separan nunca las letras con qué se escribe tu nombre y por ende mi profunda pasión y lujuria.
Aunque la noche sea fría, será el anhelos de tu piel el que me conforte, será el brillo de tus labios los causantes de herir los míos y definitivamente será anhelar tu sonrisa lo que haga que éste seco e idiota corazón lata como aquella tarde en que los deseos afloraron en nuestra piel.
Aquí me dispongo a seguir amándote a la distancia, a anhelar tu piel, la que nunca sentí, a degustar tus besos, los que nunca me diste, a soñar con verte plena y feliz… al menos viéndote así tendrá regocijo mi alma.
Siempre tuyo, por siempre.
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