Santos en semana santa!

Según el judaísmo, los hebreos deben renovar cada año la celebración de la Pascua, conmemorando el éxodo de los israelitas de Egipto, conducidos por Moisés a través del mar Rojo, el día 15 del mes de Nisan, que empieza con la primera luna nueva de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, con independencia del día de la semana.
En medio de un enjambre de sedientos de poder, los católicos entre sus jerarquías se han debatido entre fechas y cálculos astronómicos acerca de la fecha en la cual se conmemora la pasión, muerte y resurrección, según éstos, de su dios, pero siempre bajo el respeto u odio por la Pascua judía con la cual no puede coincidir.
Cálculos engorrosos acotados entre fechas casi por mitades del tercer y cuarto mes del calendario gregoriano que tanto promovieron y que por desgracia predomina. Coincidir entonces con el inicio de la primavera es uno de los vestigios que más ha perdurado desde los concilios aquellos que han optado por mecanizar aquellas prácticas de coerción a sus supuestos fieles creyentes.


Una semana, es celebrada por estos últimos que se dedica a esta conmemoración, a la reflexión a la auto evaluación del comportamiento de sus practicantes, sin embargo es tomada en su mayoría por ellos como un momento de libre esparcimiento y descanso a las obligaciones que el mundo occidental y capitalista, funesto sistema económico, les obliga y que practican más que su fe misma.
Sea cual fuere la idea inicial ha sido tergiversada por aquellos mandatos económicos de hedonismo y satisfacción personal que sólo el dinero podría igualar, seguidos a cabalidad y con un fervor tan arraigado en sus mentes como el error ajeno.
Triste ver en estas celebraciones aquellos malos o falsos creyentes que le optan como pago a sus penas o sacrificio por algún deseo inculmen, por el acto de bien que habrían Podido realizar de haber seguido cada mandato que esta religión profiere. Triste ver cómo en cada prosesión las caras de lamentaciones y aquellas promesas que nunca se cumplirán son mandalas y extorsiones incluso para su Dios. Ver aquellos que no reconocen a su prójimo, ver aquellos llenos de ambición sedientos de obtener lo que se Proponen a costa del sufrimiento ajeno profesar tan profunda y Aparentemente sincera devoción, convencimiento y reflexión acerca de aquellas prácticas que no piensan cambiar.
Duele ver tantos celebrantes que ni siquiera conocen el sentido de esa celebración para quienes el sufrir de un individuo les regocija y les da la falsa creencia de haber espiado sus culpas en el sacrificio, en un acto individual y soberano como arrepentimiento de aquellas faltas que se reconocen en Sí, pero el sacrificio por sí solo no basta, la retribución a aquellas Víctimas de nuestros actos Debería ser la predominante en esta semana. de nada sirve sacrificarse bajo soles inclementes tratando de orar y siguiendo una retahíla de palabras incomprensibles para muchos cuando aquellas víctimas aún son doblegadas con las mejillas húmedas y la mirada vacía sufriendo por el daño que se les causó.
Quién reza y peca empata dicen pero nadie se Corona campeón valiéndose de empates además aquellas voces que suplican Perdón no serán escuchadas por aquellas víctimas que al menos imploran justicia, aquella justicia que nunca se les brindó, imploran un estado en el cual no deban respirar de la mano de tanto dolor que han tragado para sí Y tanto dolor con el cual aprendieron a vivir. pedir perdón a un Dios en medio de un sacrificio no lava para nada aquella mancha sobre el nombre ajeno ni Seca las lágrimas que las víctimas aún continúan esperando por derramar. 




estos actos en masa tan sólo promueven aquel repudio y aquella in concordante tentación que sienten aquellas víctimas de los pecados de quienes esperan espiar con un simple flagelo en su corazón que por demás ya está frío, seco y ajeno. es la compasión del error que cometieron, compasión por aquel que hicieron sufrir lo que daría sentido al acto de contrición o praxis qué al menos algunos se mofan de hacer público.
Duele verte ahí en esas muestras regocijo religioso cuando aún el cadáver de mi nombre yace frío al lado de los casquillos humeantes con los que cegaste mis sueños.
Aunque sé  que duele más que sin importar cuanto ores tu comportamiento será igual… o peor!

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